Autor: Anónimo | ||
Contenido: Un ruido llamó su atención, miró hacía abajo y pudo observar como se abría la ventana de enfrente, un piso más abajo. Era él, aquel muchacho que llevaba dos meses viviendo en el edificio, estaba en el baño y se disponía a afeitarse. Tenía el torso desnudo y una toalla enrollada en la cintura, ella no pudo evitar mirarle y se escondió tras la cortina de la ventana como si estuviera haciendo una travesura. Podía verle muy bien desde allí, era un chico muy atractivo, tenía la piel bronceada y los músculos de los brazos marcados, aunque no demasiado. No tenía prácticamente vello en el pecho y se podía adivinar que hacía deporte por su aspecto tan fibroso, llevaba el pelo un poco largo y ondulado.Ella se sorprendió de la excitación que le provocaba ver a ese hombre, deslizó sus manos sobre su bata de seda, acariciándose y dejando que se resbalasen sobre la suave tela, esa sensación le gustaba y disfrutó de ella sin apartar la mirada de la ventana. Sin querer sus manos tiraron del lazo que sujetaba la bata y sus dedos se dirigieron lentamente a su entrepierna, tenía ganas de tocarse, tenía ganas de sentir…
Levantó suavemente la tela de sus braguitas, él estaba terminando de afeitarse y estaba agachado ante el lavabo, lavándose la cara. Se incorporó y de repente sus ojos se clavaron en la imagen de una mujer que le observaba desde el piso de arriba, ella se sobresaltó y se escondió rápidamente tras la cortina, el corazón le latía fuertemente mientras se abrochaba la bata. No podía creer lo que había estado a punto de hacer, ¿le habría visto aquel muchacho?… Tímidamente volvió a mirar a través de la cortina, él seguía allí, se quitó la toalla que le cubría quedando completamente desnudo. Mientras entraba en la ducha volvió a mirar hacía la ventana de arriba y adivinó una silueta agazapada que seguía observándole. Ella se vistió y decidió salir de casa para ir al supermercado, en el camino iba pensando en lo que le acababa de pasar. Era una mujer madura, tenía cuarenta y siete años, casada y con hijos, aquel muchacho podía ser hijo suyo, tendría unos veinticinco años como mucho. Era feliz en su matrimonio, aunque su vida sexual dejaba mucho que desear, hacía el amor con su marido de manera rutinaria y mecánica, casi no sentía placer. Muchas veces se había imaginado a sí misma como la protagonista de una película porno, probando todas esas cosas que había visto, siendo penetrada por todos lados y por muchos hombres, pero enseguida se arrepentía de esos pensamientos al imaginar lo que pensaría de ella su marido e incluso sus amistades, su círculo social era muy conservador y muy religioso, se sentía como una niña pequeña a la que le decían que eso era pecado. Pero ella intuía que el sexo tenía que ser algo más que lo que su torpe marido le ofrecía en la cama. Inmersa en sus ensoñaciones volvió a casa cargada de bolsas, el portero le abrió la puerta y la saludó como muchos otros días. Subió en el ascensor hasta el tercer piso y buscó la llave en el bolso, abrió la puerta de su casa y cogió una de las bolsas que había dejado en el suelo, con el pie empujó la puerta para cerrarla pero no se oyó el ruido del portazo habitual. Ella se giró a la vez que una mano le tapaba la boca y el filo de una navaja presionaba contra su cuello, las bolsas cayeron al suelo y pudo ver como una manzana rodaba por el suelo hasta chocar contra una pared. – No se te ocurra gritar- le susurró una voz al oído. En el espejo del recibidor pudo ver el reflejo de su atacante, era un hombre alto, llevaba la cara tapada con un pasamontañas negro y las manos enguantadas. Podía notar el tacto del cuero contra sus labios y la fuerza de los brazos que la apretaban contra el pecho de aquel hombre, sin duda era una persona fuerte y joven. Él empujó la puerta y se cerró de un golpe, después la llevó a la fuerza por el pasillo hasta su habitación y la hizo tumbarse en la cama. Comenzó a llorar, estaba muy asustada y todo su cuerpo temblaba. Él se le acercó sin soltar la navaja y besó sus lágrimas. Y deslizó sus besos hasta su boca, ella se resistió pero ante la fuerza de su lengua y al temor de ser herida por el filo del arma, acabó abriendo sus labios para dejar que la besara. La sensación de esa boca desconocida la desorientó y no se dio cuenta de que mientras recibía ese beso, él la había esposado a los barrotes de la cama. Quiso gritar al verse tan indefensa pero esa lengua ocupaba todavía su boca y no le dejaba hacerlo, así que apretó sus dientes con fuerza y el extraño se retiró rápidamente hacía atrás. – Confía en mí, por favor. Los ojos de aquel hombre se clavaron en los suyos y parecían decirle la verdad, parecía que ese hombre no iba a hacerle nada malo. Él le tapó la boca con un pañuelo que sacó de un cajón de la cómoda y se sentó a su lado, observándola. Estuvo así varios minutos, hasta que sus manos comenzaron a acariciarla, suavemente, muy despacio. Ella se puso tensa y no quitaba la miraba de esos ojos que se dejaban ver entre los agujeros del pasamontañas, poco a poco fue relajándose y empezó a sentir lo agradable que eran esas caricias. Esas manos desabrocharon su blusa lentamente y se apoderaron de sus senos, la sensación de los guantes de cuero contra su piel le excitó y cerró los ojos, lo que aquel hombre le hacía le estaba gustando y eso no estaba bien, era un extraño que había irrumpido en su casa y pretendía violarla. El filo de la navaja rasgó la tela del sujetador y sus pechos quedaron expuestos, con los pezones bien duros. Él acercó sus labios y comenzó a chuparlos, deslizando su lengua con avidez, ella sabía que no iba a poder contenerse a eso y notaba como sus braguitas se humedecían poco a poco. En su interior luchaba por no sentir placer pero esa lengua la volvía loca y no podía resistirse. Sintió unos suaves mordiscos en los pezones mientras unas manos se sumergían bajo su falda buscando su cálida entrepierna. Podía notar la erección de aquel hombre frotándose contra ella, parecía que el pantalón le iba a reventar cuando se desabrochó la cremallera y liberó una enorme verga sonrosada que apuntaba hacía arriba. En su escasa experiencia sexual jamás había visto algo parecido. Enfrente de la cama había una mesa pequeña, como de un metro de altura, cubierta por una tela de terciopelo y llena de fotografías. Él se dirigió hasta la mesa y de un manotazo tiró todo al suelo, luego se acercó hasta ella y la liberó de sus esposas haciéndola levantar de la cama. Esto la asustó, no sabía lo que se proponía aquel individuo, pero por una extraña razón, no forcejeo demasiado, se dejó llevar hasta la mesa y él la tumbó encima con el pecho apoyado sobre la tela. En un rápido movimiento esposó sus manos a las patas y usó dos pañuelos para sujetar sus tobillos a las otras dos patas. No podía moverse en absoluto, él se le acercó por detrás y le subió la falda hasta la cintura, llevaba unas medias de encaje negro con un liguero y unas braguitas a juego, notó como le rasgaban las bragas con la navaja y su sexo quedaba totalmente expuesto para aquel desconocido. Los dedos enguantados recorrieron su cálida abertura recogiendo los flujos que comenzaban a salir, esto hizo sonreir al hombre, sabía que ella iba a disfrutar de aquel encuentro. Deslizó la fría navaja por el ardiente sexo , esto la hizo estremecerse. De repente notó una lengua recorriéndola, buscando su vagina, su clítoris… Dios mío, hacía mucho que no sentía tanto placer, alguna vez su marido se había entretenido en hacerla disfrutar, pero ya no se acordaba de eso. Notaba como la lengua se agitaba dentro de su ser y las piernas le temblaban por las oleadas de placer que acudían a su cuerpo. Mientras los dedos de aquel hombre acariciaban su clítoris y conseguían que un orgasmo la invadiera. Abrió los ojos y pudo ver en el suelo una fotografía de su boda con el cristal hecho añicos, aquel extraño le había proporcionado el placer más intenso que había experimentado en su vida. Y ahora quería más y él estaba dispuesto a darselo, se acercó hasta su boca con su pene erecto entre las manos, retiró el pañuelo que la tapaba y la obligó a chuparlo sujetándole el cabello con las manos. Pensó que tendría que forcejear con ella para que se la comiera, pero para su sorpresa ella aceptó ese miembro en su boca y comenzó a mamarlo sin miramientos. Él se derretía de placer, al fin la tenía allí, toda para él, como había soñado muchas veces, chupaba su pene con muchas ganas y se sometía a él como en sus fantasias. Ya no pudo más y se volvió a colocar detrás de ella penetrándola de un golpe, se agarró a sus caderas y comenzó un ritmo frenético entre los gemidos de ambos. Él sabia que debía controlar la situación o se correría pronto, así que ralentizó sus movimientos y con su guante buscó los fluidos que rezumaban de ella, se impregnó bien de ellos y se dirigió a su ano, para comenzar a dilatarlo. Ella enseguida se dio cuenta de lo que pretendía, nunca había practicado sexo anal y le entró miedo pero decidió relajarse y sentirse como la protagonista de esa película porno que tantas veces había imaginado. Un dedo se introdujo en su ano moviéndose en círculos mientras él seguía follándola sin descanso, la sensación fue un poco dolorosa al principio pero le fue gustando poco a poco y la enloqueció cuando sintió dos dedos en su interior agitándose y dilatando su agujero. Cuando estuvo lista él sacó su miembro de la vagina y lo acercó despacio hasta su ano, penetrándola con cuidado, pero con decisión y hasta el fondo. Un grito de dolor se escapó de sus labios, pero pronto se convirtieron en gritos de placer. Él ya no pudo contenerse más y desató toda su fuerza penetrándola sin cesar , aumentando el ritmo de sus embestidas hasta sentir como un orgasmo le invadía y se corría en su interior mientras le flaqueaban las piernas. Ella se quedó tirada en el suelo, pensando en todo lo que acababa de pasar y en todas las sensaciones nuevas que había experimentado. Había descubierto por fin lo que es el placer y lo que es sentir un buen orgasmo, a sus cuarenta y siete años el sexo le ofrecía muchas cosas que jamás había imaginado. Se levantó del suelo y comenzó a recoger la casa para no dejar ninguna huella de lo que había sucedido, al poco tiempo llegó su marido y la encontró en la cocina. Se acercó a la cortina y pudo ver como se abría la ventana del baño del vecino, allí estaba él y sobre el lavabo tenía un par de guantes de cuero. |
agosto 7, 2008
El extraño de enfrente (violada por un desconocido)
Posted by sexstoriesteen under Heterosexual, Infidelidad, Voyeur | Etiquetas: ardiente sexo, Confesiones, fantasía femenina, fantasia sexual, historia de sexo, relato erótico, relato sexual, sexo con desconocido, sexo heterosexual, violada por un desconocido |[17] Comments
agosto 27, 2008 at 10:31 pm
Excelente historia me excito muchisimo de sonde eres y en que te inspiraste para la historia quiza eres uno de los protagonistas.mmm jeje
enero 13, 2015 at 12:22 pm
Hola wapa
enero 13, 2015 at 12:25 pm
Hola wapas kereis xupar? Dejar los nunero y os ablare por wassap
noviembre 10, 2008 at 2:48 am
esta historia esta super exitante me exito tanto que me masturbe ganas tengo que un vecino me hisiera sentor lo que sintoa la protagonista de la historia.
diciembre 30, 2008 at 10:27 pm
PA QUE ES TAN DECUIDADA CUIDESE BRUTA
enero 9, 2009 at 11:10 pm
sabes como me arrecha cachar por el culo que es tan ajustado
febrero 7, 2009 at 10:04 am
la historia esta bien relatada y seria espectacular que todas las violaciones fueran asi de satisfactorias, lamentablemente es una historia que toca un tema muy delicado el equiliebrio entre el goce y el dolor, digamos mas que el dolor la humilliacion, una mujer violada puede cofundirse y hacer un retroseso leyendo este relato o quiza no y le cree una tendencia mazoquista, de todos modos muy buena!!!
febrero 7, 2009 at 2:50 pm
bueno me gusto tu historia y me esito mucho bueno le dejo mis correo solo para malcriadas solo sexo por interne okas bye guty_tom_6704@hotmail.com
abril 21, 2013 at 10:59 pm
Hola m gusta exibir a mi esposa a quien le interese somos d jalisco mi mail juan7919_2@hotmail.com
enero 13, 2015 at 12:23 pm
Hola pamela
May 18, 2015 at 5:00 pm
yo soy de elda y tambien me gusta ke se follen a mi mujer k e corran en su coño para despues lamerlo yo una vez en una fiesta se la follaron12 tios le inundaron el coño de leche si la kereis follar poneros en contacyo conmigo 619138167pepe
May 18, 2015 at 5:23 pm
a mi mujer tambien le gusta ke la follen uno o mas tios le gusta doble penetracion todos mis amigos se la an follado luego yo le comido el coño pararepartirnos la leche en boca a mi tmbien me gusta ke me metan una gran polla por el culo no malos rollos
julio 20, 2015 at 10:24 pm
La primera vez ke me meten un pollon de 28 centimetros y 25 degrosor fue el otro dia cuando me penetro asta el fondo me lametio entera me moria de placer me corri sin tocarme la polla creia ke me rajaba el culo es la mas grande ke me han metido parecia un burro no me cabia en la boca me dejo el culo tan abierto ke se me salia la leche chorreando por mis huevos ahhhh ke placer
julio 23, 2015 at 5:31 pm
Hay alguien por ahí que me quiera preñar el culo me trago toda la leche me la metes en la boca te saco toda la leche y luego me follas el culo me encantan los pollones grandes Si hay alguien que me quiera penetrar hasta el fondo tengo un buen culito que se lo traga todo si son dos p***** mejor me encanta la leche tiene un sabor exquisito me trago la de dos tres cuatro p***** no llenarse la boca de leche y me la bebo todas estoy sediento de leche
julio 23, 2015 at 7:01 pm
Ahora estoy muy cachonda tengo el culo a mil tengo un pepino gigante parameter Melo en el culo porque soy muy pasivo me encantan las p***** Me gusta comerme las metemela hasta el fondo si eres el de Elda o Petrer o alrededores en este mismo relato deja tu teléfono yo te llamo
junio 8, 2016 at 5:02 pm
Necesito un gran pene en el culo necesito tener algo dentro hemorragia en el culo y me ha hecho en toda la leche dentro que también me gusta tragarme la leche si quieres follarme el culo deja un mensaje yo te llamo deja un teléfono soy de Petrer
junio 8, 2017 at 5:17 pm
no hay nadie po ay k me kiera preñar estoy muy cachonda tengo el culito a mil kiero una buena corrida dentro de mi si kieres un buen polvo deja tlfno y yo te llamo